La historia de Emily: El veterano que lleva a otro nivel la memoria militar

Última actualización: jueves, septiembre 25 de 2025
Joh Emily Narváez tiene un blog que se llama crestomatía militar

Es coautor de cinco libros. Ha dictado talleres para otros veteranos en la DIVRI.

Autoría: Luis Augusto Aponte Tinoco

Jhon Emily Narváez es una de esas historias de la reinvención humana que dejó la pandemia del Covid. Su paso por el Ejército Nacional fue largo, 32 años, hasta llegar ser el general de los suboficiales, sargento mayor, y que sin duda le dio una visión militar distinta.

“En el 2020 cuando me dio Covid duré 23 días hospitalizado, y un día me dije, si me levanto de aquí voy hacer que la memoria de los militares que no están valga, y desde ahí empecé a resaltar la memoria de las víctimas del conflicto armado y sus familias”, manifestó.

Pero, ¿cómo Emily llegó a esta decisión? “Todos en la vida militar adquirimos esa capacidad para asimilar psicológicamente cualquier situación, que uno aprende en los cursos de entrenamiento, pero uno nunca es entrenado para entregar por ejemplo, un soldado fallecido a su familia

(…) Siempre hablamos del resultado operacional, pero nadie habla de los sentimientos y las emociones. La memoria se ocupa de eso, de visibilizar ese sufrimiento y dolor que mucha gente ha tenido por la guerra”, afirma Narváez, quien es bogotano de nacimiento, y opita de crianza.

Jhon Narváez moderando uno de los conversatorios en la Feria del Libro Trazos de Pluma, de la DIVRI, a principios de agosto pasado.

Jhon Emily dedica una gran parte de su tiempo a recopilar y resaltar la memoria, y también las tradiciones y valores militares. “Tengo un blog que se llama crestomatía militar, donde hablo de tradiciones y cultura militar, y explico por qué la presencia del sable, la bayoneta, quién hizo el himno al Ejército. Aspectos que en la cotidianidad de la vida militar uno generalmente no se pregunta de dónde provienen”.

Narváez es coautor de varias obras como Los grandes soldados de Colombia, que se encuentra en el Centro de Estudios Históricos del Ejército, el libro Vuelta y forma en hilera, sobre las tradiciones militares. “También escribí el libro sobre los uniformes militares, así como el del suboficial, y la semblanza del general”.

Además, fue de los primeros veteranos de la Fuerza Pública en ser miembro de la iniciativa Líderes en acción, promovida por la Dirección de Veteranos y Rehabilitación Inclusiva, DIVRI, en la que se aprovecha el talento que tienen algunos integrantes de esta población para instruir a otros veteranos.

“Tenemos que seguir integrándonos como veteranos, porque hay bastante capital humano y muchas iniciativas que podemos hacer juntos. Siempre supe que el uniformado no sirve únicamente para cargar un fusil, sino para hacer un trabajo con las sociedades, de acompañamiento, pues somos 180 hombres y mujeres que día a día construimos país; desde un puente de madera, hasta las grandes construcciones que hacen nuestros ingenieros militares”, expresó.

“Me quité el camuflado de manera física, pero sigo con el corazón camuflado”.

 

 

 

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