De víctima de mina antipersonal a actor de teatro: La historia del veterano Raúl Estupiñán

Última actualización: viernes, marzo 28 de 2025
Raúl Estupiñán en una de sus actuaciones en teatro

El veterano del Ejército Nacional también dedica tiempo a la producción de documentales y la fotografía.

 

No hay mal que por bien no venga, el famoso adagio popular, aplica perfectamente al veterano del Ejército Nacional, Raúl Estupiñán, quien en su proceso de rehabilitación que culminó hace ya varios años en la DIVRI, descubrió grandes talentos ocultos.

Todos sus proyectos se convirtieron en un reto de superación, luego de que en julio del 2014 una mina antipersonal le cambiara por completo sus planes y anhelos en el Ejército.   

“Orgullosamente fui soldado durante 15 años del glorioso Ejército Nacional. En ese tiempo me desempeñé como enfermero de combate, me especialicé en sanidad y además soy socorrista. Pero todo cambió el 12 de julio del 2014 en una situación de combate en Ituango, Antioquia, cuando de manera involuntaria pisé una mina antipersonal que me causó la amputación de mi pie derecho”, narró Raúl. 

Hacia el 2018 Raúl llegó a la DIVRI donde junto con otros heridos en combate, idearon un proyecto artístico para vencer las barreras físicas, y ahí nació el teatro en la DIVRI.

“Porque cuando se presenta una situación catastrófica, interrumpe el curso normal que traía la vida y se generan nuevas vibraciones, que a su vez crean nuevos impulsos y te obliga a tomar decisiones. Entonces, mi decisión fue incursionar en el arte. En el arte encontré una herramienta grandiosa para mi rehabilitación, específicamente en el teatro, porque significó una liberación”, afirmó. 

La DIVRI fue el trampolín para que Raúl descubriera ese talento para las artes escénicas, y lo llevó al teatro profesional. “Posteriormente encontré una madrina, la actriz Alejandra Borrero, quien a través de su escuela de teatro me enseñó a vincularme con otras personas y así contar historias colectivas. Así nació la obra de teatro Victus, en la que los protagonistas somos personas que vivimos el conflicto armado colombiano, y el reto fue actuar con personas que antes eran nuestros enemigos”. 

Pero Raúl quería más, deseaba llevar a la práctica otra de sus grandes pasiones, el cine. “La obra de teatro Victus inició con registros de cámara, y yo siempre he sido amante del cine, por lo que a la primera oportunidad tuve un acercamiento con una cámara de video. Para mí es como pintar, entonces estudié cine, y realicé algunos productos audiovisuales que participaron en festivales de cine”. 

Y pronto volvió a encontrarse con uno de sus más grandes anhelos, tal como lo relata, la ayuda incondicional hacia los más desfavorecidos. “Después me di a la tarea de llevar el aprendizaje del cine a lugares y personas que no tienen la posibilidad de pasar por una escuela cinematográfica. Así nació la idea de hacer cine con la gente, camino que me llevó a la fundación Cine Social, lugar donde pude encontrar más técnica y más recursos”. 

Y como el buen hijo vuelve a casa, Raúl quiso retribuirle a la DIVRI la pasión en el arte que descubrió en las instalaciones inclusivas. 

“Así llegué a la DIVRI como profesor del curso de cine para veteranos, en el marco del We Cam Festival en diciembre del 2022. Llegamos con la idea de hacer cine desde el factor humano, más que de la técnica. Allí cada participante decidió de manera voluntaria contar la historia que quería, dentro un proceso de liberación y sanación”, señaló.  

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